martes, 30 de diciembre de 2008

No soy insensible, mucho menos invisible o invencible

Reflexiones de microbùs
¿Haz escuchado eso de que cuando te enamoras sientes mariposas en el estomago?
Pues YO creo que eso es muy cursi, y mas que cursi es falso, al menos en mi caso, cuando yo creo estar enamorado, siento el cosquilleo del aleteo de las mariposas bajo el escroto. Eso de las mariposas en el estomago es más bien para mujeres y eunucos.

per un amico

¿Hey que pedo amigo, como te va? Espero que bien, ya hace mucho que no te dirigía la palabra, pues si no mal recuerdo estamos peleados y ya ni siquiera por msn eres como para dirigirme un saludo.
Igual, yo tampoco te he querido hablar, no es por falta de ganas, sino, por exceso de orgullo, me gustaría que supieras eso, no para que me saludes cuando nos veamos en la calle, no para que me invites una cerveza en algún bar de mala muerte, de aquellos donde nos solíamos meter a criticar a los demás que ahí asisten, tampoco para yo invitarte un café y tener otra de aquellas platicas pseudointelectualoides, simplemente me gustaría que lo sepas para que te enteres de que no hay rencores, de que como en la primera línea lo escribo, te sigo considerando un amigo, esto que planteo es bastante pendejo, pero ya lo dijiste mil veces refiriéndote a mi, sin llegar a ser esto un insulto, “eres un pendejo”.
Eso de la no comunicación entre nosotros se te ocurrió a ti, en realidad se me hizo la salida más fácil, sencilla y pendeja, no te lo pienso complicar, te estoy haciendo segunda.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Declaro la guerra en contra de mi peor enemigo que es...

…seguía caminando con una serpiente de peluche de nombre Hizzy como mi única compañía, (afortunadamente es una serpiente bastante elocuente, más que las ya de por sí las elocuentes serpientes de peluche promedio) sin tener idea de donde terminaría mi caminata, pues hoy (“hoy” no como día, sino, como momento vivencial sin precisión en lo que a duración cronológica se refiere) pues no tengo un lugar donde dormir, ni donde vivir, solo un lugar donde afortunadamente he llegado a dar tanta lastima que se han permitido darse la molesta posibilidad de dar albergue a mis pertenencias, más no a mi persona ni a la de Hizzy (¿persona de Hizzy?), y las personas a las que mas quiero se encuentran a más distancia de la que puedo recorrer con los 9 pesos, un lápiz y un botón que llevo conmigo, en la bolsa de mi pantalón como capital para sobrevivir aproximadamente unos 7 días. Siendo así he empezado a divagar, como tantas veces he divagado, imaginando una realidad ficticia en la que todo es mejor a las condiciones en las que normalmente vivo, pero hoy, hoy imaginarme una vida con condiciones mejores, es tan fácil, que por tal motivo, no divague más de unos cuantos minutos sobre ese tema, más el estupido proceso neurótico* del que a veces es preso mi cerebro, me llevó a pensar en el rol que desarrolla en la vida la fantasía de una vida mejor (y de muchos otras formas de fantasías) concluí en que el rol de la fantasía es fundamental, porque ayuda a imaginar o soñar que podríamos estar en una realidad mejor en cualquier aspecto. No debe ser un opio, y vivir imaginando y soñando con esas realidades inexistentes, sino, un acelerador, un acelerante, una forma de ver lo que podría ser y así también imaginar los caminos, formas, maneras, estrategias, pasos y métodos para concretar esos, que en momentos solo son sueños y realidades imaginarias.
Si has naufragado, imagínate una isla del otro lado del océano… quizá nunca llegues a ella.
¡Pero al menos tendrás la esperanza! jajaja


No dejemos que la realidad nos castigue, no hay que crear dogmas ni catecismos. Abriendo caminos… cuando se puede...

*Neurotico y no neuronal, pues mi cerebro al igual que el de muchos otros individuos trabaja en una forma enferma.

...soñando una vida

...todo es tan absurdo. Todo es amargo ahora. Todas las cosas por las que hemos luchado se van y yo no puedo hacer nada. Es absurdo.
Es hora de que partas en busca de destino, sin mí.
Para lo nuestro talvez no existe un futuro, y sé que es difícil saber que quizás no queda mas.
Aun así, te esperaré siempre.
Y si alguna vez decido irme de aquí, escapar de mi vida, te buscaré allá donde estés. Me conozco: sé que alguna vez lo haré. Siempre he llegado tarde a mi vida, siempre, pero he sabido llegar. Y sé que alguna vez me iré de aquí.
Sabré entonces que debo ir a buscarte.
No lo sé, me encantaría leer Schopenhauer contigo o el libro vaquero, llorar las tragedias del mundo o reír de eso que llamas “la televisión basura”, escuchar cómo nos dicen que, el que tiene miedo nunca se enamora, y ver cómo escuchas tu música mientras me miras. Al final, me dirás, no se nota que tengas tanto miedo. Pero lo tengo, y sé que por eso no podré enamorarme. Y me duele, como me duele saber que mañana no estarás entre mis brazos. Que mañana yo perteneceré a mi vida y tú, estarás, con lágrimas en tus ojos, y una sonrisa en los labios para los brazos de quien se acerque a ti. Y no seré yo. Y todo será más triste entonces, al menos para mí.
Te escribiré. Pensaré en ti tantas veces. Hay cosas que se saben, y yo sé que eres tú quien. Y, espero algún día, tú también lo sepas, escaparé entonces de mi vida. Iré a buscarte, no te preocupes. Alguna vez nos diremos: hola, mi amor, que alegre estas hoy. Y por segunda vez seré feliz.
Y esta vez no tendré miedo, no llegare tarde, no demasiado tarde. Como tantas otras veces lo hice.
No te preocupes; lo lograré. Además, yo ahora debo crecer, recorrer tantas partes de este mundo. Historia y arte, si, historia y arte. Y un día, al volver, sonreirás de nuevo, como me has sonreído tantas veces. Tu sangre será roja entonces y mis labios azules. Y te hablaré, mientras me enseñas la mejor de tus sonrisas, y te dolerá, porque habrás dejado de sonreír desde hace tanto tiempo, de los lugares en los que he estado, de las chicas a las que no he conocido. De todas las veces que escribí en mi corazón: siempre llegué tarde a mi vida.
Ojala, algún día, pasaran tantas cosas. Ojalá te pudiera hacer sonreír otra vez. Y dejar de ser, como muchos empiezan a llamarme, un maldito amargado.
No dejare que nadie me gane. La vida es un estado de ánimo. No lo tenemos que olvidar nunca. La vida es un estado de ánimo.
Y claro que lo sé, pero todo es nostalgia ahora, melancolía de los días que no han llegado...
Todo pasa, lo sé, todo pasa, es por eso que esta vez me haré el fuerte, si me prometes que la próximas vez tu también tendrás esa fortaleza, dime que lo haras, por favor dime que lo vas a intentar.
Y, ahora, deja que vea, una penúltima vez, tu sonrisa. Una última sonrisa antes de irme, antes de construir un mundo que te pueda mostrar cuando volvamos a vernos. Una última sonrisa.
Me encantaría tenerte entre mis brazos, acariciar tus pechos, saludar a la mañana en tu cuerpo. Una última noche, sólo otra noche más. Y saber que es imposible, hace más difícil todavía esperar con algún ánimo el día que no se aproxima, la noche que nunca se acerca.
Pero tendré ese ánimo, sé que tendré ese valor. Recuerda que volveremos a vernos, recuerda que te buscaré otra vez, será horas después de que un día escape de mi vida.
En realidad, No quiero irme. No quiero dejarte ir. No, no quiero…
Una última sonrisa, por favor, es lo único que necesito hoy, una última sonrisa...