domingo, 10 de mayo de 2009

cOn el PATETISMO EN LAS VENAS

y amanecí sumergido hasta la cresta en el existencialismo..

...así pues solo me ha faltadó agregar la, patéticamente melancólica, voz de Duquendé, la pena que hubose tornado un cantar, una simple alegoría de lo que pudo haber sido y no fue, marcado por el compás del sonido de una tiza del niño ingenuo que dibuja un dinosaurio sobre la basta geografía del absurdo de los sueños y anhelos de un humano que al fin y al cabo hoy esta aquí, mañana tal vez. Pero que sin duda se sabe que ayer estuvo donde la absurdidez de la vida le colmaba de alegría a él y a sus dinosaurios dibujados antes en la geografía de tu cuerpo...

Despertó y el dinosaurio seguía bailando breakdance ahí.

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